Ya se han acabado las fiestas. Este año me han parecido más cortas de lo normal (seguramente porque estaba trabajando y mi rutina no ha cambiado). Como todos los años, el remate de las fiestas es el Roscón de Reyes.
No soy muy fan del Roscón (lo dijo bajito para que nadie se ofenda)...siempre me como un trozo por compromiso y nada más. Tampoco me gusta el chocolate a la taza (mi cerebro no admite el chocolate en estado líquido y caliente), así que hacer pasar un trozo de roscón a palo seco todavía me motiva menos para comer.
Así que, cuando este año mi abuela me puso ojos de corderito (mencionar que mi abuela tiene 92 espléndidos años que le han servido para perfeccionar los ojos de corderito) y me preguntó si le haría esta año el Roscón de Reyes...no pude evitar decir sí. Primer roscón que hacía en mi vida y eso requería una buena receta y encontré la de Webos Fritos que dio como resultado este Roscón con tan buena pinta.
Como os indican en la receta, podéis dividir la masa en 2 y saldrán 2 roscones medianos (para unas 6-8 personas) o directamente hacer uno grande.
Para ser el primero no encontré muchas dificultades, salvo las típicas de que te digan que hay agua de azahar y cuando vas a cogerlo descubras que es tónico de agua de azahar y por tanto no apto para consumo (y cuando son las 11 de la noche de un viernes, ir al supermercado es difícil). Así que el roscón no tenía el ingrediente. Luego se habían comido la última naranja que quedaba en casa, pero siempre tenemos alguna vecina a la recurrir.
Yo dejé toda la noche la masa para que hiciera el primer levado y al día siguiente, a las 12, ya estaban los 2 roscones horneados.
Os animo a que os guardeis esta receta y probéis el año que viene. Como este nadie ha sufrido una intoxicación con mi experimento rosconero...el año que viene haré uno más grande y relleno de nata que por lo visto es lo que triunfa.
Buen inicio de año a todos!!!
