sábado, 1 de septiembre de 2012

Experimentando con el bizcocho

Hace unas semanas me pidieron una tarta de tamaño reducido. Es cierto que hay ocasiones en que una tarta de grandes dimensiones (y más este tipo de tartas) supone que la mitad de ella quede relegada a la nevera. Tenemos la visión del corte de las tartas clásicas que hemos comido toda la vida, o bien la de la pastelería del barrio o la del supermercado. Con esas tartas solemos hacer generosos cortes y en ocasiones, hasta repetir. Las tartas con fondant son otro cantar. Su bizcocho suele ser más denso para poder soportar el peso de la capa de fondant. Además de eso suele llevar una cobertura más contundente y un relleno al gusto del cliente. Todo ello hace que cuando uno come un trozo de tarta cubierta con fondant, el tamaño del corte sea menos generoso. Son tartas que llenan mucho y por ello podemos ajustar mucho más la cantidad de gente en función del molde. 




Esta tarta, aparentemente grande, solo mide 10 centímetros y comieron unas 6 personas de ella. Querían algo pequeño justamente para evitar lo que os comentaba antes...que el sobrante termine en la nevera durante días porque el momento de disfrutar de la tarta ha pasado. Así que les ofrecí este tamaño, ideal para terminarlo con el café. Buscaban una decoración sencilla y sobria y opté por la combinación de las letras y la cenefa en tono café con unas flores en blanco que destacan sobre el fondo más oscuro.

Pero para mi gusto, lo mejor de este bizcocho es su interior.



Un rico bizcocho marmolado de vainilla y chocolate. A pesar de ser un bizcocho consistente no es nada seco. Muy suave y con ese punto de aroma a vainilla y gusto a chocolate.

A la hora de hacer una tarta es bueno ajustarse a lo que quiera el cliente. Las tartas grandes son espectaculares y con tiempo y paciencia se puede conseguir resultados similares en tamaños más reducidos que se ajustan mejor al número de comensales.

Este forma de 10 centímetros me gusta mucho. Parece que no, pero dan mucho juego a la hora de decorar y cuando se ven tan pequeñas parece que no dan para mucho, pero es de esas ocasiones en que la vista engaña y mucho. Y lo mejor es que es un formato que no tiene que quedar relegado a celebraciones, sino que permite que puedas darte una capricho de fin de semana durante una comida con amigos o una reunión familiar informal.




Espero que tengáis una buena entrada de septiembre y que la nueva cuesta de septiembre (con la subida del IVA) no os impida animaros a comenzar cosas nuevas ^_^

1 comentario:

  1. ¡Qué chula la tarta!
    Me gusta esa decoración, sencilla a la vez que elegante. El bizcoho por dentro tiene una pinta increible, además que la mezcla de colores ha dejado una forma muy bonita.
    Seguro que estaba riquísima

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